¿Qué son las regresiones del sueño?
La regresión del sueño es un período de tiempo en el que el bebé experimenta un retroceso en sus patrones de sueño.
Durante las regresiones del sueño, los niños pasan de disfrutar de un sueño estable a sufrir despertares nocturnos, siestas cortas o problemas para conciliar el sueño.
¿Cuánto duran las regresiones de sueño?
Las regresiones del sueño infantiles pueden empezar a los dos meses y prolongarse hasta pasados los 24.
Aunque la duración de las regresiones pueden variar dependiendo del tipo de alteración y del bebé, estas suelen durar entre 2 y 6 semanas.
Causas de las regresiones de sueño en niños y bebés
Las regresiones de sueño están relacionadas con los llamados hitos de desarrollo [1], que no son más que procesos madurativos que se van dando en los pequeños a medida que van creciendo y desarrollándose.
Gatear, sentarse, ponerse de pie, caminar o empezar a hablar son algunos de esos hitos del desarrollo que les causan inquietudes y les hacen estar más nerviosos, hasta el punto de influir en sus ciclos de sueño.
Es por eso qué buena parte de las alteraciones en los hábitos de sueño de los más pequeños se suelen dar a las 6 semanas, a los 4 meses, entre los 8 y los 10 meses, a los 12 meses, a los 18 meses y a los 24.
Seis periodos clave en su desarrollo.
Eso no quiere decir que todos los niños deban sufrir obligatoriamente regresiones, ni tampoco que quienes las sufren a las 6 semanas vayan a repetirlas a los 4, a los 8, a los 10, a los 12, a los 18 o a los 24 meses.
¿Cuántas regresiones del sueño hay?
Tanto las causas de la regresión como sus consecuencias son diferentes dependiendo de cuándo se producen.
Es por eso que se suele hablar de hasta seis tipos de regresiones del sueño distintas:
Regresión de sueño a las 6 semanas
Buena parte de los recién nacidos experimentan un crecimiento acelerado alrededor de las 6 semanas.
Este es el origen de muchos casos de regresión en bebés de mes y medio que, de la noche a la mañana, pasan de dormirse a cada rato y disfrutar de sueños sin interrupciones, a despertarse con frecuencia y presentar problemas para rendirse al sueño.
Regresión de sueño a los 4 meses
Es muy habitual que muchos bebés de 4 meses que venían durmiendo perfectamente empiecen a presentar dificultades para conciliar el sueño y se despierten a cada rato.
Estos síntomas, que en la mayoría de los bebés van acompañados de lloros e irritabilidad, suelen tener su origen en los cambios en los ritmos biológicos del sueño que suelen producirse pasado el primer trimestre de vida.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de regresiones, no suelen dilatarse más allá de unas pocas semanas.
Regresión de sueño entre los 8 y los 10 meses
También es bastante frecuente que se den regresiones en el sueño en bebés de entre 8 y 10 meses de vida.
Momento en el que los pequeños descubren el gateo, aprenden a sentarse y levantarse y, también, a decir sus primeras palabras.
Una serie de hitos del desarrollo a los que se les suma la aparición de las primeras piezas dentales 🦷
Regresión de sueño a los 12 meses
Es alrededor del año cuando muchos niños, además de comenzar a dar sus primeros pasos, empiezan a reducir la duración de sus siestas y a despertarse cada breve lapso de tiempo.
Es a partir de esta edad cuando, como consecuencia de los primeros paseos, se multiplica el gasto calórico y se dan los primeros episodios de hambre durante la noche, lo que provoca una alteración del horario de sueño.
Regresión de sueño de los 18 meses
Como consecuencia de la dentición, de la ansiedad por separación que les provoca la llegada a la guardería y de la irrupción de nuevos hitos del desarrollo, como empezar a comer o beber solos, muchos bebés de 18 meses experimentan alteraciones del sueño.
Lo más normal es que estas alteraciones del sueño se presenten en forma de retraso del sueño y de cabreos a la hora de ir a dormir por la falta de sueño.
Regresión de sueño de los 24 meses
A los 24 meses se dan otros grandes hitos del sueño relacionados con la realización de actividades cotidianas de forma autónoma como ir al baño solos, el aprendizaje de los números y el alfabeto o las primeras tomas de decisiones.
Estas, unidas al cambio de la cuna a la cama, suelen influir de forma decisiva en sus ventanas de sueño y, también, en despertares más tempranos.
Aquí también empiezan los miedos y las pesadillas 😰
¿Qué hacer con la regresión del sueño?
Lo primero que debes hacer en el caso de que detectes alteraciones en el sueño de tu bebé es repetirte que se trata de unos episodios habituales relacionados con los hitos del desarrollo y que no revisten gravedad alguna.
Para confirmar que se trata de una regresión del sueño y no de otros problemas que generan crisis del sueño en bebés como el reflujo o infección vírica, te recomendamos que, ante los primeros signos de alerta, acudas a tu médico de cabecera.
Si los síntomas son leves antes de ir, revisa que el pequeño cuenta con espacio suficiente en la cuna, que duerme en un ambiente oscuro, fresco y silencioso, que dispone de ropa de cama suave e implementa una rutina de sueño estricta.
Si se confirma que padece regresiones de sueño, el pediatra te recomendará que lleves a cabo una serie de rutinas como estas:
- Volver a mecerlo o devolverle el chupete si has dejado de hacerlo hace poco o se lo has quitado demasiado temprano.
- Devolverle las siestas reparadoras si se las has quitado o reducido recientemente.
- Tratar de acostarlo más temprano.
- Cantarle nanas o ponerle música o ruido blanco para inducir el sueño.
- Realizarle masajes y caricias craneofaciales para facilitar su inducción al sueño.
Conclusión
Como ves, tu pequeño no es el único que sufre crisis de sueño.
Son muchos los niños pequeños que experimentan regresiones del sueño temporales durante la aparición de los diferentes hitos del desarrollo.
Estas son, pues, consecuencia de los grandes cambios que se producen durante el desarrollo de nuevas habilidades.
Como has visto, no tienen consecuencias graves y es posible atenuarlas e incluso erradicarlas siguiendo los consejos de los pediatras.
Con sus recomendaciones y con paciencia, tu pequeño disfrutará de un sueño profundo y reparador antes de que te des cuenta.
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Por supuesto, para un sueño cómodo, tu bebé también necesita un colchón cuna de buena calidad que se adapte a sus necesidades.
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